El reflejo de Moro es el que hace que
repentinamente el bebé abra sus brazos mientras inhala aire y después se
abrace llorando ante un movimiento, un ruido o cualquier otro estímulo inesperado.
Su función es la de alertar y pedir ayuda ante una situación de peligro y facilita al niño el respirar tras el nacimiento.
Conforme
van madurando los sistemas sensoriales en el niño, el reflejo de Moro
debe ir debilitándose. Si este reflejo sigue presente después de los
cuatro meses de edad, más o menos, puede llevar a que el niño muestre
una reacción de sobresalto desmedida y hará de él un niño siempre en
estado de alerta, hipersensible en alguno o todos los sentidos y por
ello mostrándose miedoso y retraído o por el contrario, hiperactivo y
agresivo.
Puede tratarse de un niño muy sensible a la luz y a
estímulos visuales, que le asustan. Que perciba de una forma ampliada
los sonidos, lo cual no le permita relajarse en un entorno ruidoso. Que
interprete el tacto o el dolor de una forma distorsionada con reacciones
desmedidas o totalmente ausentes…Podría ser muy impresionable ante el
movimiento y no atreverse con los columpios del parque…
La
hipersensibilidad sensorial puede derivar en problemas visuales y
auditivos que incidan en la capacidad de atención y el rendimiento del
niño en la escuela. La hipersensorialidad también puede afectar
seriamente la relación del niño con sus iguales y su comportamiento
debido a que la forma que tiene de interpretar lo que le rodea y de
reaccionar ante ello es inadecuada.
El estrés es un reconocido
enemigo del sistema inmunitario por lo que el niño puede mostrar
infecciones frecuentes y alergias o intolerancias alimentarias.
Rosina Uriarte
Desde: http://estimulaciontemprana.fullblog.com.ar/
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